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Violencia silenciosa en el matrimonio

Desgraciadamente este es un tema que puede dar muchísima tela de donde cortar, pues seguimos satanizando la importancia de la salud mental y en esa línea, si la violencia no es física, tiende a no contarse como violencia y eso está mal.

Socialmente se tienen demasiadas concepciones erróneas acerca de lo que debe ser el matrimonio. Algunos se basan en el machismo sistemático y la misoginia, otros se basan en una errónea interpretación de la Escritura según la cual, “si la mujer fue creada de la costilla de Adán, es porque es inferior al hombre”; mientras que otras personas piensan que en aras de llevarle la contra a los estereotipos o por provenir de un clan de “mujeres alfa”, tienen derecho a molestar, acosar o violentar a su marido, pero ninguna de las anteriores acepciones va acorde con lo que en realidad señalan, tanto la Palabra, como la ley positiva de la Iglesia, respecto de lo que es un verdadero matrimonio

Para los católicos, el matrimonio es una unión entre varón y mujer, que entre sí constituyen un consorcio para toda la vida, ordenado al bien de los cónyuges y la apertura a la prole…[1] . En ningún momento habla de que sea una unión basada en la propiedad, el control o la violencia, por lo que ningún vínculo que se rija por cualquiera de las tres anteriores puede ser considerado matrimonio.

  • Un matrimonio donde uno de los cónyuges aplica la ley del hielo al otro cada vez que no se hacen las cosas como él/ella quiere, es un matrimonio violento.
  • Un matrimonio en el que se cree que solamente quien gana el dinero para la pareja, es quien tiene derecho de emitir las opiniones o tomar las decisiones importantes de la familia, es un matrimonio violento. 
  • Un matrimonio donde cualquiera de los esposos debe dar “santo y seña al otro” de qué hace y cómo lo hace en el preciso momento en que lo hace, es también un matrimonio violento. 
  • Un matrimonio donde uno de los esposos se refiere a su cónyuge con insultos o palabras que menosprecian -o aunque lo hagan ambos recíprocamente y en teoría puedan hacerlo de broma-, es un matrimonio violento. 
  • Un matrimonio donde uno de los esposos busca evidenciar al otro o revelar su intimidad enfrente de los demás con el fin de minimizarlo, es un matrimonio violento.

Es entendible que los tiempos han cambiado y que la manera en que las personas se cortejan hoy no tenga nada que ver con cómo se hacían las cosas hace cien años, pero existen ciertas normas básicas de respeto universal que ni son negociables, ni deben traspasarse por ninguna manera. Al final, si la manera como tu pareja te trata hace que te duela la boca del estómago, te hace sentir adrenalina o sin que te toque, empieza a afectar tu salud a través de la somatización, estás en un matrimonio violento

Las razones de la violencia silenciosa en el matrimonio pueden ser muchas, pero la respuesta siempre será: ¡sal de ahí, eso no es un matrimonio!

Como bien menciona Javier Hervada [2]  en su obra Una Caro, y lo señala también el sentido común: cuando dos personas se casan es para compartir y construir un hogar que sea un lugar donde ambos miembros puedan alcanzar su máximo potencial siendo felices.

Si lo queremos traducir a un aspecto más religioso y sacramental: el matrimonio es una unión dentro de la cual los cónyuges buscan llevar al otro a la salvación, pero si lejos de llevarte a tu plenitud, tu pareja te lleva a la tortura, lo más probable es que eso, no sea un matrimonio. 

 

Si tú o alguien que conoces está o estuvo en una situación así, contáctanos, podemos ayudarte.