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Celotipia como incapacidad para asumir el matrimonio

Existen muchísimos clichés alrededor de los celos. Es cierto que cada persona y cada pareja sabe hasta qué punto está dispuesta tolerarlos, sin embargo, algo debe quedar claro: una cosa es que las parejas se incomoden si un tercero se entromete en su relación y otra muy diferente es que alguno de los esposos considere que el/la otr@ es de su propiedad.

 

Veamos:

 

Es normal, sano y necesario saber en dónde está nuestra pareja, qué hace, quienes son sus amistades y qué intereses comparte con ellas, sin embargo, lo que no es normal es preguntarle en dónde está cada cinco minutos, exigirle que esté con nosotros siempre que tiene tiempo libre, preguntarle todo el tiempo acerca de qué habla con los demás y revisarle cualquier dispositivo electrónico con el fin de conocer sus conversaciones privadas.

 

Todos tenemos derecho a la privacidad y a intimar con familiares y amistades sin necesidad de reportar todo a nuestra pareja como su tuviéramos que pasar por un control de calidad y, al llamar esto derecho, por definición es algo que debe ser respetado por el otro.

 

Existen personas que clínicamente, por cuestiones químicas, padecen algún trastorno de delirio de persecución, pero existen muchas otras lo suficientemente inseguras de sí mismas como para necesitar reafirmar su valor personal a través del control del otro. Este segundo supuesto es una condición psicológica o psiquiátrica que imposibilita la convivencia en pareja y la conformación de un consorcio de vida y amor.

 

El amor auténtico y conyugal se basa en la confianza, el compromiso y la libertad y cualquier comportamiento que atente contra de cualquiera de las tres hace inviable una relación de pareja sana como lo es el matrimonio.

 

Ahora bien. Para identificar a una persona celotípica, es necesario tomar en cuenta dos puntos relevantes: el primero es que el trastorno debe ser reiterado y persistente, nunca confundido con un lapsus de celos y; el segundo, es que la celotipia no solo se manifiesta de manera explosiva e intempestiva, sino que puede estar presente en la relación de una manera silenciosa, que al no ser reactiva, impide que quien sufre a consecuencia de ésta, pueda identificarla con certeza.

 

Es común que en el segundo supuesto la persona celotípica se muestre de cara a los demás como una persona excesivamente cariñosa, necesitada de afecto, y víctima de cualquier circunstancia para así poder justificar la necesidad de compañía o, por el contrario, puede ser esa persona que sin razón de peso y de manera muy cuidadosa encontrará el camino para alejar a su pareja de su círculo más cercano de amistades. Ambos supuestos son de cuidado, pues en cualquiera de sus versiones, la celotipia no solo es un trastorno de la personalidad bien identificado en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-V, sino que también es una forma de violencia a la cual nadie, por ninguna circunstancia nadie se debe someter. Se disfraza de amor, de temor de perder a la pareja, pero en realidad, convierte a la pareja en un rehén.

 

Si tú o alguien que conoces estuvo en una relación así, contáctanos, tu matrimonio puede ser nulo.