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El Papa ya dijo que la nulidad es gratis

Tan pronto como en el mundo supo que había cambios en las leyes de la Iglesia – agosto de 2015-, los encabezados de los principales periódicos se avocaron a decir cosas como: “nulidad matrimonial gratis”, “la Iglesia ya no cobra”, “Papa elimina costos”, entre otros…

Esto generó que en los días siguientes la gente que ya había iniciado un juicio llamara a los distintos Tribunales Eclesiásticos para decir que no liquidarían el juicio o bien exigiendo la devolución del dinero pagado -antes de las reformas-, porque “el Papa ya dijo que ahora es gratis”. Sin embargo, eso no es precisamente así. 

Los documentos que promulgó el Papa son clarísimos, por ejemplo, el referente al Código de Derecho Canónico (MITIS IUDEX DOMINUS IESUS), señala: “Junto con la proximidad del juez, cuiden las Conferencias episcopales que, encuanto sea posible, y salvada la justa y digna retribución de los operadores de los tribunales, se asegure la gratuidad de los procesos…”.

Si bien se habla de la ayuda que la Iglesia debe dar a los fieles en cuestión económica, también queda claro que la retribución, es decir, el sueldo justo y digno, de quienes operan los Tribunales Eclesiásticos es indispensable.

¿Por qué? Porque sería imposible contar con gente capacitada trabajando y juzgando, si pudieran hacerlo solo de manera gratuita.

Es cierto, la Iglesia tiene un deber de ayuda para con los fieles y por lo mismo, muchas de las personas que trabajan para la Iglesia lo hacen gratis, sin embargo, esto es lo que conocemos como trabajo de voluntariado común.

En cambio, la labor que se lleva a cabo en un Tribunal de la Iglesia es muy técnica y por lo mismo, las personas que trabajan ahí deben estar lo suficientemente capacitadas como para poder administrar justicia. En esa línea, tienen derecho de tener un sueldo suficiente -como lo tienen todos los jueces y secretarios de los tribunales locales y federales de cualquier país-. 

Debemos tomar en cuenta que en la justicia civil se tiene la falsa percepción de que todo es gratis, pero la realidad es que mantener un sistema judicial es posible gracias al pago de impuestos de los ciudadanos, los cuales en el caso de la Iglesia no existen. 

No es una cuestión de avaricia, o de cobrar por cobrar. El Tribunal tiene gastos que tiene que cubrir.

Si estás interesado en iniciar un juicio de nulidad matrimonial, ponte en contacto con nosotros.