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Era la relación perfecta, hasta que un día, dejó de serlo…

Existen relaciones en las que las parejas tienen un enamoramiento intenso y fugaz que hace pensar que la relación es perfecta, pero de pronto, de un día para otro, todo es radicalmente distinto. Sin razón aparente, una de las partes “cambia”, pero la realidad, es que, aunque pensemos que uno de los dos cambió, nunca lo hizo, simplemente es un narcisista que ha entrado en acción.

El trastorno narcisista de la personalidad es sumamente difícil de detectar, pues las técnicas empleadas por quien lo padece, son prácticamente imperceptibles y se basan en generar en su víctima un sentimiento de culpa tan grande que le impida siquiera cuestionar qué es eso que está viviendo.

La psicología emplea un término: “love bombing”, para referirse al exceso de atenciones que una persona, en este caso el narciso, tiene para con otra, con el fin de enamorarla con el exclusivo fin de terminar manipulándola a su conveniencia. Ésta es una técnica, tan sutil como devastadora para quien es víctima de ella, pues consiste en la constante idealización de su persona a través de detalles y muestras de afecto con el fin de hacerla sentir especial y hasta indispensable, con la doble intención de que entre en confianza y dé de sí, todo lo que tiene que dar.

Una vez que la víctima se ha entregado por completo, porque confía, porque se siente amada, porque se siente segura, el narciso termina con los detalles, la galantería, las atenciones y las muestras de afecto, lo que genera en la víctima un desconcierto tan profundo que la lleva a pensar que el cambio en su pareja se debe a actitudes propias.

Entonces, se entra en un círculo vicioso en el cual la víctima, con tal de “recuperar” el amor de su pareja hace todo y de todo, con tal de que las cosas “vuelvan a ser como antes”, pero mientras la víctima se obsesiona con ser “la mejor versión de sí misma”, siempre complaciente y siempre sumisa, el narciso se distancia cada vez más.

Esto no es porque los esfuerzos de la víctima sean imperceptibles –de hecho la mayoría de las veces la víctima pide abiertamente explicaciones del por qué del cambio de actitud en su pareja, así como una reacción del narciso ante el dolor que ella está experimentando-, sino porque en la medida en que la víctima se sienta inútil e incompetente, es más susceptible a la manipulación.

De esta manera, el narciso logra que su pareja haga y se comporte tal como él quiere, que viva para complacerlo aún a costa de su propio bienestar, mientras que la víctima presenta malestar interno –como una intuición que no sabe descifrar-, tristeza y cuadros de ansiedad, que pueden llegar a ser muy graves; y es así como la víctima “empieza a volverse loca”.

En las ocasiones en que la víctima reacciona y enfrenta la situación con reclamos, el narciso regresará por breves períodos al “love bombing” -para tranquilizar a su presa-, pero una vez que se sienta nuevamente en control de la relación, volverá a tener las actitudes de desvalorización en contra de su pareja para que ésta dude de su juicio y su valor personal y así, nuevamente, caiga en el ciclo de “dar todo sin recibir nada a cambio”, cosa que el narciso busca conseguir.

El trastorno narcisista de la personalidad da para escribir innumerables páginas, sin embargo, enumeraremos solo algunas de las conductas de desvalorización que podemos encontrar en el narcisista, con el fin de que puedas identificar si estás en una relación con uno:

 

  • Es víctima de su pasado (de esta manera tú buscas hacer todo para que él no repita esas dolorosas experiencias).

  • No comparte contigo la toma de decisiones; ni las suyas, ni las que atañen a la pareja.

  • Se molesta si tú no consultas su opinión antes de tomar tus propias decisiones.

  • Prefiere que convivan con su gente mientras que a la tuya, constantemente la critica.

  • Se jacta de tener superioridad moral en todos, o casi todos, los ámbitos.

  • Jamás acepta sus errores.

  • Las pocas veces en que logras acorralarlo para hacerle ver sus errores, afirmará tener justificación para su conducta, la cual siempre será tu responsabilidad.

  • Silencios, largos o esporádicos, en los cuales te ignora por completo, ya sea por distraerse en su celular durante algún momento íntimo contigo (no precisamente sexual), o mediante la famosa “ley del hielo”.

  • Frente a las personas que te quieren y tienen influencia en ti, es encantador/a.

  • Le gusta que sientas celos.

  • Coquetea.

  • Constantemente te hace comentarios de cómo tú no le agradas a personas importantes para él.

  • Constantemente te habla “de lo mucho que pone en la relación”, como si tú no “pusieras” nada…

Es importante saber que el género no determina estas conductas. Una persona narcisista puede ser tanto hombre, como mujer, por lo que nadie está exento de tener una pareja así. Si has pasado por algo así, busca ayuda.

Si aún estás en la etapa del noviazgo, no te cases. Si estás casado o te divorciaste de alguien así, es altamente probable que tu matrimonio sea nulo. Contáctanos, con gusto podemos asesorarte.