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Hoy es más fácil anular el matrimonio…

Mucha gente se pregunta cómo anular un matrimonio por la Iglesia católica [1], si es algo difícil, o bien, algo nuevo. 

En realidad el proceso de nulidad matrimonial existe desde hace muchísimo tiempo, veamos: 

Prácticamente podríamos decir que la nulidad de matrimonio existe desde que existe el matrimonio mismo, pues al ser el ius connubium un derecho natural de todas las personas, también lo es el derecho a que ese matrimonio se estudie para saber si es válido o no, pero, haciendo referencia al proceso de nulidad matrimonial canónica como tal, podemos remitirnos a los inicios de la compilación o codificación de la ley de la Iglesia. 

Aunque la ley no siempre estuvo junta en un solo Código, ya desde el Concilio de Trento [2] (en los 1500’s), se había establecido la facultad de la Iglesia para legislar y juzgar en materia matrimonial, así como las diversas costumbres y reglas procesales que se deberían de seguirse en cualquier juicio dentro de la Institución. 

El Código de Derecho Canónico de 1917 preveía las razones o causales por las cuales se podía reconocer la nulidad de un matrimonio, y diversos lineamientos jurídicos procesales que habría que seguir en los juicios. Pero luego, con el nuevo Código [3], promulgado en 1983, a raíz del Concilio Vaticano II, las normas de fondo –impedimentos [4] y causales [5]-, y las de forma -procesales-, se centraron mejor en la estructura “personalista” de la persona humana y la dignidad del matrimonio y la familia, tomando en cuenta una doctrina renovada, así como otras ciencias, como la psicología, para un mejor análisis de lo que es el matrimonio y la manera de juzgarlo dentro de la Iglesia. 

Posteriormente, con la implementación del detalle de las normas procesales, contenidas en la Instrucción Dignitas Connubii [6](de febrero de 2005), se detallaron mejor las etapas procesales y los agentes que participan en el desarrollo de los juicios; y finalmente, con las reformas al proceso judicial matrimonial, contenidas en el Motu Proprio Mitis Iudex Dominus Iesus [7], se buscó, a través de un acercamiento pastoral, dar más agilidad a los procesos de nulidad de matrimonio. 

Dicho esto, podemos ver que en realidad el tema de los juicios de nulidad matrimonial no es algo nuevo, sino que simplemente es algo de lo que hoy se habla más, y que derivado de algunos casos que han resonado en la prensa, se ha hecho “popular”, pero no por eso nuevo o novedoso, pues los procesos de la Iglesia han estado bien delimitados y regulados desde hace siglos. 

Tampoco es algo que hoy sea más fácil de lo que fue antes, simplemente sabemos de más casos por esa misma popularidad adquirida en las últimas décadas; aunque hay que reconocer que conforme las ciencias médicas, psicológicas [8], psiquiátricas y sociológicas avanzan, podemos conocer más acerca de las patologías de la mente, de las consecuencias que tiene el mal aprovechamiento de las tecnologías y su impacto en las relaciones interpersonales, y de la secularización que vive la sociedad, que ha implicado que la simulación por exclusión del sacramento sea cada vez más común, sobre todo en las parejas jóvenes. 

De cualquier manera, los procesos de nulidad matrimonial siguen siendo muy técnicos, pues requieren no solo el conocimiento jurídico y antropológico que establece la Iglesia para poder litigarlos, sino también el de la doctrina social de la misma y de las ciencias que ya enumeramos. 

Si tú o alguien que conoces tiene intención de casarse con un no católico y necesita llevar a cabo este trámite, contáctanos, podemos ayudarte.