06 May Me casé con un soñador
Todos sabemos que es importante que la persona con la que nos casemos tenga sueños y ambiciones para que así, juntos, podamos crecer como pareja, pero… ¿qué pasa cuando esos sueños y ambiciones jamás llegan a hacerse tangibles?
El matrimonio es una realidad que se construye con miras al futuro pero siempre en tiempo presente, por lo tanto, si nuestra pareja es una de esas personas que siempre habla de lo que hará, de lo que tendrá y de lo que mejorará, sin hacer nada hoy para convertir ese futuro en realidad, es altamente probable que nuestro matrimonio sea nulo.
¿Por qué?
El matrimonio consiste en conformar una comunidad de vida y amor; es decir, en construir matrimonio todos los días y proveer de lo que nos corresponde a nuestra pareja. Así las cosas, las personas que hablan solo del futuro sin hacer más, lo que hacen es postergar la acción, mayormente esperando que alguien más subsane sus propias deficiencias.
Este tipo de personas, que postergan y procrastinan con facilidad y frecuencia, los “soñadores”, lo hacen porque son incapaces de responsabilizarse y comprometerse verdaderamente con nada.
Estas personas que se identifican más con el papel de víctima que con el papel de esposos –o adultos responsables-, revientan cualquier relación, pues si el 50% de la pareja solo sabe asumir derechos, la otra tendrá que asumir el 100% de las responsabilidades y eso, no es un matrimonio.
Así las cosas, la personalidad del “soñador” incrementa la problemática de la relación cuando llegan los hijos, pues tener un cónyuge “mueble” –al que hay que cargar-, que un poco padece el síndrome de Peter Pan y un poco vive en la comodidad de que le resuelvan todo, termina por comportarse como un hijo más que como un esposo y, repito, eso NO es un matrimonio.
Normalmente este será también el tipo de persona que culpe al entorno por sus propios fracasos y a las personas que le rodean por no ayudarle lo suficiente, además de que no pocas veces terminará violentando a quien viva con él/ella y no esté dispuesto a comprarle su papel de víctima.
Es importante aclarar que esta conducta soñadora y evasiva, se da tanto en hombres como en mujeres; por lo tanto, si estás en el supuesto de un esposo “flojo”, o una esposa “dejada”, por mencionar algún ejemplo, y tienes interés en iniciar este tipo de procesos, contáctanos, podemos ayudarte.