De acuerdo con las leyes de la Iglesia, todos los católicos, es decir, todas las personas que hayan sido bautizadas dentro de la Iglesia Católica, cuando se quieran casar, están obligadas a hacerlo bajo las normas y solemnidades que la Iglesia establece en su propia ley. 

De acuerdo con ésta, todos los católicos deberían de casarse con otra persona de la misma religión, de lo contrario, existe un impedimento de disparidad de cultos [1], pero, como en el corazón no se manda, la misma Iglesia tiene un mecanismo llamado “dispensa del impedimento” [2], para que un católico pueda casarse con alguien que no lo es. 

Cuando un católico se casa con una persona no católica, no bautizada -un judío o un musulmán, por ejemplo-, estaremos en presencia de un matrimonio dispar y, cuando un católico, se casa con un no católico, pero sí bautizado -luterano, anglicano, ortodoxo…-, estaremos en presencia de un matrimonio mixto. 

En ambos casos podremos solicitar una dispensa [3], al Obispo -o a la persona a la que él ceda estas facultades-, para podernos casar, ya que el impedimento de disparidad de cultos es de Derecho Eclesiástico y no de Derecho Natural. 

Ahora bien, para poder otorgar esta dispensa, la autoridad de la Iglesia le exigirá a la parte católica que ofrezca “Promesas y Cautelas”: un documento mediante el cual la persona católica le informe a la parte no católica (bautizada o no), de los fines y propiedades esenciales del matrimonio de acuerdo con la enseñanza de la Iglesia, y al mismo tiempo se compromete a evitar cualquier peligro de apartarse de su fe, además de prometer hacer todo lo posible para que toda la prole concebida en el matrimonio sea bautizada y educada en la fe católica. 

Estas “Promesas y Cautelas” se harán formalmente de la manera que señale cada Conferencia Episcopal [4], pero siempre por escrito y constar en el expediente prematrimonial que se conforma al momento de empezar a correr las amonestaciones. 

Entonces, si yo, siendo católico, me caso con alguien que no lo es, mi matrimonio pude ser perfectamente legal –siempre que se tramite la dispensa mencionada antes de celebrar el matrimonio-, y válido -siempre que no haya una sentencia de algún Tribunal Eclesiástico que afirme lo contrario [5]-. 

Si tú o alguien que conoces tiene intención de casarse con un no católico y necesita llevar a cabo este trámite, contáctanos, podemos ayudarte.